Marmolería
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La triste historia
de los mármoles del Partenón
El Partenón es uno de los más grandes logros artísticos de todas
las épocas. Varias esculturas fueron removidas del templo y
llevadas a Inglaterra. Los famosos "Mármoles de Elgin" se
encuentran actualmente en Londres. Pero surge una importante
pregunta: ¿Dónde deberían estar estas Esculturas?
Aquí le contaremos la historia de las Esculturas del Partenón,
basada en el escrito "The Parthenon and the Elgin Marbles" de
Epaminondas Vranopoulos, publicado por The Society for Euboian
Studies en 1985.
La construcción
del Partenón
Luego de su victoria contra los Persas en Platea en el año 479
AC, los Atenienses volvieron a su abandonada ciudad y
encontraron que todas las edificaciones en la Acrópolis habían
sido devastadas.
Pericles deseaba reconstruir la ciudad y convertirla en un
centro artístico, cultural y político del helenismo. Durante los
treinta años que duró el gobierno de Pericles, se levantaron
varios edificios como el Partenón, y el Propíleo entre otros. |
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La supervisión artística
general de la Acrópolis fue confiada a Fidias, quien se
distinguió produciendo frisos que fueron únicos en
magnificencia.
En el 439 AC el Partenón fue dedicado a la diosa Atenea y tomó
quince años terminarlo. Este es un lapso significativamente
corto considerando los principios de arquitectura empleados,
algunos de los cuales aún son desconocidos para nosotros.
En el año 450 AC el Partenón fue transformado
en una Iglesia Cristiana dedicada a la Virgen María, pero en
1204, cuando los Francos ocuparon Atenas lo utilizaron como
iglesia Católica, y cuando llegaron los Turcos en 1458 el
Partenón devino en mezquita con casas estilo turco construidas a
su alrededor.
En 1674 el embajador Francés, el Marqués de Nointel, llegó de
visita a Atenas acompañado por Jacques Carrey, quien hizo
dibujos del Partenón. Dichos dibujos muestran que en aquella
época el Partenón aun permanecía intacto.
Trece años más tarde, en 1687, el general veneciano Francesco
Morosini puso sitio a la Acrópolis. Ordenó su bombardeo, aún a
sabiendas de que allí los Turcos almacenaban pólvora. El
resultado fue una explosión que destruyó gran parte del Partenón
El
despojo del Partenón
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Thomas Bruce, séptimo conde de Elgin,
era el embajador Británico en Constantinopla en 1799 y
quiso hacer un favor a las Artes familiarizando a sus
compatriotas con las antigüedades griegas. Para ello
reunió a un equipo de pintores, arquitectos y vaciadores
en yeso.
Al año siguiente, El comandante turco local permitió que
los artistas realizaran ilustraciones, pero se negó a
permitirles tomar moldes o construir andamios para
acercarse a las esculturas.
En 1801 Elgin obtuvo un firman, o autorización
del Sultán, que le otorgaba permiso para llevarse
cualquier escultura o inscripciones que no interfiriera
con las obras o muros de la ciudadela. |
El saqueo del Partenón comenzó de inmediato. Las esculturas
fueron bajadas del templo y transportadas por marineros
británicos en un carro de cañón. El 26 de Diciembre de 1801,
temiendo que los Franceses intentaran obstruir su tarea, Elgin
ordenó el embarque inmediato de las esculturas en el barco
"Mentor", que había traído con ese propósito.
Durante 1806 fue removida una de las Cariátides, como así
también una esquina del Erecteón , parte del friso del Partenón,
varias inscripciones y cientos de jarrones.
Otros aún se unieron al saqueo y esta increíble actividad, que
no estaba confinada a la Acrópolis sino que se llevó a cabo a
través de toda Atenas y gran parte de Grecia, continuó por
varios años. En 1810 Elgin cargó la última parte de su botín en
el barco de guerra "Hydra".
En 1817 dos barcos de guerra más, el "Tagus" y el "Satellite"
fueron cargados con grabados, objetos de cobre y cientos de
jarrones. Cuatro años más tarde, la Guerra de la Independencia
Griega finalmente llevó el saqueo de Elgin a su conclusión.
Los Mármoles de
Elgin en Londres |
Corría Enero de 1804
cuando las primeras 65 cajas llegaron Londres, donde
permanecieron por dos años debido a que Elgin había sido
encarcelado en Francia.
El maltrato que sufrieron los Mármoles fue inevitable. Fueron
ubicadas en los sucios cobertizos y húmedos jardines de la casa
del Elgin en Park Lane, donde permanecieron por años
arruinándose en el húmedo clima londinense mientras intentaba
encontrar un comprador.
Elgin intentó vender los Mármoles al gobierno Británico, pero el
precio pedido por ellos era tan alto que éste rechazó la oferta.
Con el pasar de los años, las esculturas influenciaron las vidas
de la gente en Inglaterra. Se construyeron iglesias, edificios y
casas en estilo Griego clásico
.
Elgin admitía, en una carta escrita en 1815, que las esculturas
aún se encontraban en el depósito de carbón de Burlington House,
arruinándose a causa de la destructiva humedad.
Finalmente, en 1816, los Mármoles fueron vendidos al gobierno
inglés, y transferidos de Burlington House al Museo Británico de
inmediato, dónde Sir Joseph Duveen hizo construir, a sus
expensas, una galería especial para ellos.
En Diciembre de 1940, una diputada Laborista, la Sra. Keir,
preguntó al Primer Ministro Winston Churchill si las esculturas
serían devueltas a Grecia como reconocimiento parcial de la
valiente resistencia de ese país a los alemanes y del sacrificio
de su pueblo. La respuesta fue negativa. En la época en que la
Sra. Keir formuló su pregunta, el Times había publicado un gran
número de cartas apoyando el retorno de los Mármoles a Grecia.
En 1941 el presidente del Partido Laborista, Clemente Attlee,
quien fue miembro del gobierno de coalición durante la guerra,
contestó la pregunta de la Sra. Meir diciendo que no existía
intención de tomar ninguna acción legal para devolver los
Mármoles.
Comentarios
contemporáneos acerca del saqueo de Lord Elgin
Edward Clarke, en su libro "Travel to European Countries",
publicado en 1811, escribió una de las más famosas descripciones
de las operaciones llevadas a cabo en la Acrópolis por el equipo
de Lord Elgin bajo la supervisión de Lusieri. Según Clarke,
quién fue testigo de la remoción de las metopas, éstas eran
esculturas maravillosas y fantásticas. La tragedia ocurrió
cuando una parte del mármol pentélico colapsó bajo la presión de
las máquinarias de Elgin, y Clarke informa que incluso el
comandante turco gritó cuando la escultura fue reducida a
pedazos.
Clarke también asegura que el equipo de Elgin no arruinó el
Partenón por error, sino que además cortaron el mármol en piezas
más pequeñas para facilitar su transporte.
También sabía que Fidias y sus compañeros escultores habían
diseñado los frisos del Partenón de forma tal que serían mejor
apreciados desde abajo, no para ser exhibidas en un museo y a la
altura de los ojos.
Termina diciendo que el aspecto del templo sufrió mayor daño que
bajo la artillería de Morosini; que se había cometido una gran
iniquidad y que el gobierno inglés debería haber exigido que el
gobierno turco tomara medidas tendientes a proteger las
esculturas.
Edward Dodwell afirma, refutando el argumento británico, que los
Griegos no eran indiferentes con respecto a la preservación de
los monumentos. Muchos se quejaban al Sultan de la ruina del
Partenón, debido a que él dio permiso a Elgin para ejecutar sus
planes. También dice que sintió humillación al presenciar el
saqueo de las más exquisitas esculturas y miembros
arquitectónicos. Agrega que las artes en Inglaterra podría
haberse beneficiado también con vaciados en yeso de las
esculturas de Fidias y termina diciendo que no sólo se había
cometido sacrilegio sino que además el trabajo había sido
asignado a personas que sólo se preocupaban por sus intereses
personales.
Thomas Hughes, Un clerigo inglés, muestra un retrato pasmoso del
pillaje de la Acrópolis; "Los capiteles, entablamientos y
coronamientos estaban diseminados en grandes montones que
podrían haber surtido material para todo un palacio de mármol".
El pintor inglés Hugh Williams admitía que las Esculturas de
Elgin seguramente habían contribuído al progreso de las artes en
Inglaterra, pero no concedía el derecho a arrancarlas de Grecia.
Lord Broughton tembién menciona el daño hecho al Partenón y
acusa a Elgin de haber planeado la remoción de todo el templo de
Teseo (Hefestos).
Francis Douglas, un diputado británico, aseguró al Parlamento
que los Griegos admiraban los restos del Partenón y que incluso
los turcos habían empezado a apreciar su valor. También dijo que
cada Mármol del Partenón nos recuerda el cincel de su creador y
a aquellos para quienes fue creada. Terminó expresando su gran
disgusto ante la imprudencia de las manos que no temieron
dislocar los magníficos objetos del Partenón y alabó a
Chateaubriand, quien acusó a Elgin de sacrilegio.
Opiniones
Británicas acerca del retorno de los Mármoles
El segundo intento de Elgin por vender los Mármoles al gobierno
británico condujo a un debate en el Parlamento, donde el
diputado Sir John Newport dijo acerca de Lord Elgin:
"El Honorable Lord ha tomado ventaja de los más injustificables
medios (pr. ej. soborno) y ha cometido los más flagrantes
pillajes".
El mismo día, El portavoz del Parlamento hizo constar en actas:
"La petición de Lord Elgin ha sido presentada. Se han discutido
sus derechos de propiedad sobre la colección; también ha sido
censurada su conducta."
Entre las primeras personas en criticar a Lord Elgin se
encontraba el diputado H. Hammersley. El bregó porque si algún
futuro gobierno Griego reclamaba la devolución de los Mármoles,
Inglaterra debería devolverlas sin más procedimiento o
negociación.
Dodwell y Clarke sugirieron que el menos se devolviera la
cornisa del Erecteón y la columna Jónica.
También en 1890 un editorial por Franklin Harrison, publicado en
el revista "19th Century" y
titulado "¡Devuelvan los Mármoles de Elgin!", sostenía que las
esculturas eran más caras a los Griegos que a los Británicos.
Además, el diputado Philip Sasoon, a la sazón secretario privado
del Primer Ministro, escribió en The Times en 1928 que las
espléndidas ruinas del Partenón y el claro aire de Atenas serían
un lugar más apropiado que el Museo Británico para las más
armoniosas esculturas del mundo
Fuente: www.uk.digiserve.com/
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